Guillermo de León Ruiz se erige como una figura central en el panorama musical guatemalteco, reconocido por su virtuosismo en la marimba y su prolífica obra composicional. Su música no solo deleitó a generaciones, sino que también contribuyó significativamente a la construcción y difusión de la identidad cultural de la nación a través de los vibrantes sonidos de este instrumento emblemático. El reciente fallecimiento de este celebrado artista conmovió al país, poniendo de manifiesto la profunda huella que dejó en el patrimonio cultural guatemalteco. La inmediata reacción de su comunidad natal, Coatepeque, donde se declararon tres días de duelo tras su partida , subraya la profunda conexión que existía entre el compositor y su terruño, así como el impacto significativo de su arte a nivel local y, presumiblemente, nacional. Esta biografía se propone explorar la trayectoria vital y musical de Guillermo de León Ruiz, desde sus inicios hasta su legado perdurable.
Infancia y Primeros Contactos con la Música
Guillermo de León Ruiz nació el 10 de febrero de 1946 en el municipio de Coatepeque, ubicado en el departamento de Quetzaltenango, Guatemala. Su inmersión en el mundo de la música comenzó en la infancia, gracias a la influencia fundamental de su padre. Fue su progenitor quien lo introdujo al fascinante universo de la marimba, marcando así el inicio de una relación profunda y fructífera con este instrumento. A la temprana edad de siete años, Guillermo ya demostraba su talento al comenzar a ejecutar la marimba «Reina Coatepequeña». Es significativo destacar que esta marimba había sido fundada por su propio padre , lo que revela una tradición musical familiar arraigada y un entorno propicio para el desarrollo de sus habilidades. Antes de dedicarse por completo a la marimba, a los seis años, tuvo sus primeras experiencias musicales tocando la batería en el conjunto «Reina Coatepecana», bajo la dirección de su padre, Mariano Genaro de León López, utilizando una marimba diatónica. La existencia de múltiples agrupaciones de marimba fundadas por su padre, incluyendo la mencionada «Reina Coatepequeña» y «La Estrella del Sur» , evidencia una fuerte tradición familiar en este género musical. Esta inmersión temprana en un ambiente musical familiar sin duda nutrió su talento y vocación desde una edad muy temprana. Además, el relato de su aprendizaje en una marimba de un solo teclado que luego fue reemplazada por una de doble teclado sugiere una progresión natural en su educación musical, adaptándose a instrumentos más complejos a medida que sus habilidades se desarrollaban. Aprender junto a sus hermanos mayores en este nuevo instrumento de doble teclado habría ampliado aún más sus capacidades técnicas y su comprensión musical.
Desarrollo de su Carrera Musical
Los primeros pasos de su carrera musical lo vieron involucrarse en diversas agrupaciones de marimba, extendiéndose más allá de las fundadas por su padre, incluyendo la «La Estrella del Sur». Un momento crucial en su trayectoria profesional fue su traslado a la ciudad capital en 1965. Este movimiento estratégico probablemente buscaba brindarle mayores oportunidades dentro del dinámico ambiente musical de la capital guatemalteca. Ese mismo año, comenzó a trabajar en Radio TGW con la «Marimba Murmullos de Selva» , lo que significó sus primeras incursiones profesionales en el ámbito musical de la capital. Un período significativo de su carrera fue su liderazgo como director de la renombrada «Marimba Teclas Morenas» entre 1988 y 1998. Esta posición en un grupo de gran trayectoria subraya su creciente prestigio y capacidad de liderazgo dentro de la comunidad musical. Un hito fundamental en su carrera se produjo en 1998, cuando tomó la decisión de fundar su propia agrupación de marimba, a la que bautizó como «Estrella de Guatemala». Este acto marcó su independencia artística y le permitió plasmar su visión musical de manera más personal. Posteriormente, a partir de 2014, asumió la dirección de la «Marimba Chapinlandia» , demostrando su continua actividad e influencia en el ámbito de la marimba incluso en años posteriores. Su participación no se limitó a estos grupos, ya que también fue miembro de otras notables agrupaciones como «Maderas de mi Tierra,» «Alma del Regimiento,» «Guardia de Honor,» «Marimba del INGUAT,» y «Ecos Chapines». Esta extensa experiencia y colaboración con diversos conjuntos ilustra su profundo involucramiento y reconocimiento dentro de la escena musical guatemalteca. Su evolución desde tocar en bandas familiares hasta unirse a grupos establecidos, luego liderar una agrupación prominente y finalmente fundar la suya propia, traza una clara trayectoria ascendente en su carrera musical. Cada etapa refleja un crecimiento en experiencia y responsabilidad, culminando en la creación de «Estrella de Guatemala,» que le brindó la plataforma para expresar plenamente su visión artística. La coincidencia temporal entre su salida de «Teclas Morenas» y la fundación de «Estrella de Guatemala» en el mismo año sugiere una posible transición deliberada en sus aspiraciones artísticas o profesionales en ese momento. Quizás buscaba mayor libertad creativa, explorar una dirección musical diferente o simplemente construir su propio legado. Su continuo compromiso con «Marimba Chapinlandia» hasta su fallecimiento indica una pasión duradera por la música de marimba y un deseo de compartir su experiencia con otras agrupaciones incluso en sus últimos años.
Legado Composicional
La producción composicional de Guillermo de León Ruiz fue vasta y significativa, abarcando más de 285 melodías y posiblemente llegando hasta las 450 piezas para marimba a lo largo de su vida. Entre sus creaciones más célebres y queridas por el público se encuentran: «Las Chancletas de Nayo Capero» , cuya anécdota de creación en 1978 en el restaurante El Zócalo es particularmente recordada ; «Bailando con la llorona» ; y «En Cuilco me Enamoré». Su primera composición, a la edad de 16 años, fue «Mi Coatepeque». Otras obras destacadas incluyen «Rabín Ajaw» y «Vamos a la Justo» , compuesta en 1990. También son reconocidas piezas como «El rico pobre,» «Tu cariño es mi alegría,» «No me dejes,» «La tierra del quetzal,» y «Delicias de Katok». Su catálogo se enriquece aún más con títulos como «El Molinillo,» «Concepción Tutuapa,» «La Iguana (El Tacuazín),» «Cumbia Jalapaneca,» «La Pulga Mixqueña,» «El Valle de la Esmeralda,» «Popurrí Espulgando Viejitas,» «Popurrí Añejo 2,» «Popurrí de Don Guillermo de León Ruiz,» «Añoranza,» «Santa Ana Huista,» «Homenaje a Fidel Funes,» «Homenaje a Wotzbelí Aguilar,» «Añejas,» «Estrella de Guatemala Vol. 3,» «Estrella de Guatemala Vol.2,» «Guillermo de León Ruiz y Su Marimba Estrella de Guatemala,» «Paisaje Chapin Vol. 1,» «Nos Enamoramos en Abril,» «Los Moros de Mixco,» «Villa Esperanza,» «Manuel Fernando,» «Flores Costa Cuca,» «Claudia Irene Salomé,» «Tejutla,» «San Angel,» «Lilian Magali,» y «Julieta Emperatriz». Además de las composiciones tradicionales para marimba, exploró una variedad de géneros musicales, incluyendo cumbias, valses y merengues , demostrando su versatilidad musical. Su legado discográfico incluye álbumes de estudio como «Guillermo de León Ruíz y su Estrella de Guatemala Vol. 1,» «Vol. 2,» «Vol. 3,» «Añejas,» y homenajes a otros compositores, así como un álbum en vivo titulado «Paisaje Chapín Vol. 1». La gran cantidad de composiciones que creó subraya su profunda dedicación y su significativa contribución al repertorio musical guatemalteco. Esta prolífica producción revela una inagotable fuente de creatividad y un compromiso de por vida con su arte. Su exploración de diversos géneros musicales, más allá de las piezas tradicionales para marimba, como cumbias, valses y merengues, evidencia su versatilidad y su habilidad para adaptar la marimba a diferentes estilos populares, lo que probablemente amplió su atractivo. El hecho de que compusiera un bolero («Laura Sofía») dedicado a su nieta ofrece una visión de la inspiración personal detrás de su música, sugiriendo que sus composiciones no solo estaban destinadas a la interpretación pública, sino que también tenían un significado íntimo.
Reconocimiento y Honores
A lo largo de su destacada trayectoria, Guillermo de León Ruiz recibió numerosos reconocimientos y honores. En 1983, fue galardonado con la «Gardenia de Plata» en Coatepeque, un importante reconocimiento de su ciudad natal. También fue merecedor de la «Orden Antonio José de Irisarri,» un prestigioso honor a nivel nacional. En 2018, la comunidad de Colonia Justo Rufino Barrios le rindió un emotivo homenaje, erigiendo una estructura en forma de marimba y nombrando el lugar en su honor, lo que demuestra el aprecio de la comunidad por su legado. En 2021, recibió el premio ESTELA como el marimbista del año, reconociendo su continua excelencia en su carrera tardía. Tras su fallecimiento, Coatepeque declaró tres días de duelo, un testimonio del profundo impacto que tuvo en su comunidad. En noviembre de 2022, debido a problemas de salud, se propuso una iniciativa para otorgarle un reconocimiento público y una pensión vitalicia, aunque finalmente no se concretó , lo que indica un reconocimiento de la necesidad de apoyo en sus últimos años. Los múltiples premios y reconocimientos que recibió, desde el ámbito local («Gardenia de Plata») hasta el nacional («Orden Antonio José de Irisarri» y premio ESTELA 2021), evidencian su amplio reconocimiento y la alta estima en la que se le tenía como músico y figura cultural en Guatemala. El homenaje póstumo con la declaración de duelo y el tributo de 2018 en Colonia Justo Rufino Barrios revelan una conexión profunda y duradera con las comunidades en las que vivió y a las que sirvió a través de su música.
Vida Personal y Fallecimiento
Guillermo de León Ruiz nació el 10 de febrero de 1946 en Coatepeque. Falleció el 7 de octubre de 2023 en la Ciudad de Guatemala a la edad de 77 años, debido a complicaciones de salud. Su deceso ocurrió en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) de la zona 9. A lo largo de su vida, formó una numerosa familia, dejando siete hijos y diez nietos. Su hijo, Guillermo de León Rivera, expresó el orgullo de la familia por el legado de su padre y su intención de llevar alegría a la gente a través de su música. Sus restos fueron velados en Funerales Reforma y su sepelio se llevó a cabo en el Cementerio Jardines de la Asunción. Residía en la Colonia Justo Rufino Barrios. Los detalles que rodean su fallecimiento y los arreglos funerarios proporcionan un cierre a su historia de vida y ofrecen una última mirada a sus circunstancias personales. La expresión de orgullo de su hijo subraya el reconocimiento y aprecio de la familia por sus logros musicales y su impacto positivo en los demás, sugiriendo un entorno familiar de apoyo que probablemente contribuyó a su éxito.
Conclusión
Guillermo de León Ruiz deja un legado imborrable en la música de Guatemala. Su maestría en la marimba y su prolífica obra composicional enriquecieron el patrimonio cultural del país, dejando melodías que se han arraigado profundamente en la conciencia colectiva. Su dedicación a promover y preservar la tradición de la marimba en Guatemala es innegable. A través de sus composiciones y su incansable labor como músico y director, Guillermo de León Ruiz se ha consolidado como una figura venerada en la historia de la música guatemalteca, cuyo legado melódico perdurará por generaciones.