Hace varios años tuve la oportunidad de ser manager de una de las bandas emergentes más prometedoras de Guatemala. En ese entonces trabajaba en una radio y no tenía idea de lo que era ser un manager, pero creía en la banda, en la escena de música alternativa joven, y aún más importante, la banda creyó en mí y así empezó todo.

La aventura nos llevó por un camino de tres años intensos de aprendizaje, de música, de carreteras, de aviones, de decepciones, pero también de satisfacciones. Y cuando todo eso terminó, quedó la amistad. Así que, se puede decir que salimos ganando.

Después de aquella primera experiencia, hubo otra banda que me permitió seguir aprendiendo.

Siendo manager aprendí a leer la escena, a leer las oportunidades y a encontrar formas de no perder cuando los desafíos eran demasiado grandes. Aprendí por las malas que no solo se trata de arriesgar.  Sin embargo, también llegué a saber lo que era soñar, invertirlo todo y salir avante.

Pero una de las cosas que me quedó más clara, es que todas las bandas o artistas  que toman con seriedad su carrera musical, necesitan un manager.

El manager es el administrador. Es quien organiza las cosas, es quien no pierde de vista el objetivo que la banda se ha planteado y utiliza todas sus capacidades comunicativas y administrativas para alcanzarlo. Un manager, para bien o para mal, debería tomar las decisiones cuando la democracia dentro de la  banda se encuentra en un impase. En pocas palabras, es la persona encargada que todo en la banda siga fluyendo, siga en movimiento.

Ahora bien, en una escena e industria en vías de crecimiento como la de Guatemala, quizá no todos los grupos tengan los suficientes recursos para contratar o encontrar un manager, pero en realidad, este rol también puede ser asumido por uno de los integrantes, al menos temporalmente. El punto es que exista esa figura a la que la banda le delega el poder para hacer que todo siga fluyendo.  

Conozco varias agrupaciones cuyo manager es uno de los músicos. A veces este proceso se da natural, es decir, no tiene el “título” de manager, pero es el integrante que los jala a todos, el que recibe las llamadas de los medios, el amigo de todos, el que todos conocen, el que cierra las negociaciones, el que lleva la agenda,  el que va a todas las reuniones, etc..

A veces son dos los integrantes que se reparten todas las tareas, pero al final hay un sistema para que la banda se mueva y quien lo acciona es una persona.

Lo que si es verdad, es que tener un integrante de la banda como manager,  muchas veces, suele ocasionar roces y desgastes. Por eso, aquí dejo algunas ideas sobre cómo sobrellevar estos problemas y al mismo tiempo tener un manager “inhouse”, por llamarle de alguna forma.

  • Primero que nada es una decisión que deben tomar todos dentro del grupo para evitar que las relaciones entre los integrantes se desgasten.
  • La banda debe tener muy clara cuál es la función de un Manager:  coordinar a la banda y hacer todo lo que se requiera para mantenerla en pie, ser su promotor principal,  asegurar que todos los proyectos se cumplan y ejecuten sin problemas, y principalmente, representar los intereses y objetivos de la banda.
  • De cierta forma, también se convierte en su relacionista público. Por eso mismo, debe ser amigable, accesible y estar dispuesto a mantener y crear nuevos contactos.
  • La persona que asuma este rol dentro de la banda, debe tener una gran determinación, impulso, mucha actitud, buenas relaciones interpersonales, capacidad de administrar, de organización, tiempo y,  sobre todo, pasión por la música y la banda que representa.
  • No olvidemos que al final, esta persona se convertirá en el punto de contacto del grupo y aunque sí, parte de su trabajo es “comercializar” a la banda, no lo confundamos con un inversionista o contador. Es decir, no es quien mantiene económicamente a la banda.
  • El trabajo de manager consume muchísimo tiempo y muchas veces esto se convierte en un obstáculo para quien está ejerciendo el rol. Si esto sucede se puede considerar que esta persona delegue tareas a sus compañeros de banda. Es decir, que cada integrante asuma una responsabilidad.
  • Su labor depende también, en gran parte, de la etapa en la que el proyecto se encuentra y el contexto en el que se desenvuelve. No es lo mismo si la agrupación es nueva o ya tiene una carrera. Tampoco es lo mismo que la banda sea de rock o de algún género urbano. Es vital entender y conocer el campo de la música, es decir la escena.  
  • Por lo tanto, el administrador debe tener una visión estratégica para saber qué es lo que le conviene a la banda y, a la vez, abrir nuevos campos, incluso internacionalmente.

Sin duda, ser manager requiere de un trabajo muy organizado y competitivo, que al final se convierte en un gran desafío, pero eso no quiere decir que no se pueda.