La otra vez me puse a escuchar canciones viejas de Shakira ¡Todo un placer!
Aunque me encantaban esas canciones, no pude dejar de pensar que la colombiana ha cambiado mucho su estilo, su imagen y sus ideas musicales desde su ya lejano debut discográfico en 1995.
Debo ser honesto, la primera vez que escuché a Shakira cantando reguetón o algo bastante parecido, yo fui de esos que dije con aire de superioridad que la artista se había vendido, que se fue a lo más comercial, que ya no era igual que antes. Dije todo eso que siempre decimos cuando un artista que seguimos, hace algo diferente a lo que nos gusta.
¿Es verdad que la música comercial no es tan buena? ¿Es menos “artistico” tomar en cuenta lo que está de moda en el proceso creativo? ¿Un artista que hace música comercial es un vendido? Bueno, vamos paso a paso.
El público en el proceso creativo
Existe un debate en torno a la “comercialidad” del arte en general y de la música en particular. Este debate gira en torno a si está bien considerar los gustos del público en el proceso creativo, como una forma de acercarse más al éxito.
Las teorías del marketing dicen que hay que entender, conocer y tomar en cuenta al público para la creación o modificación de un producto determinado. En pocas palabras, se hace un análisis de mercado. Este análisis es determinante porque claro, todos quieren que este producto sea un éxito comercial.
En el ambiente cultural entonces, el debate se centra en si es mejor aplicar las ideas del marketing para la mera distribución de la obra o bien, aplicarlas desde la concepción del producto cultural, es decir, en el proceso creativo.
Hay una tendencia que dice que involucrar los gustos y exigencias del público en el proceso creativo es nocivo para la obra y la debilita, al menos “artísticamente hablando”. Esta tendencia asegura que las obras nacidas de la inspiración y expresión única y exclusiva del artista son de mayor calidad y merecen más respeto que las que están diseñadas para ser un éxito comercial.
Y por el otro lado, existe otra tendencia que dice que no está mal tomar en cuenta el público para la creación de un producto cultural, pues se busca que éste tenga mayor impacto y claro que genere ganancias.
En pocas palabras, una tendencia busca a la audiencia potencial una vez ya esté creado el producto y la otra tendencia crea un producto para una audiencia determinada. Se trata de márketing enfocado en producto versus marketing enfocado en audiencia.
A simple vista, se podría decir entonces que Shakira empezó a diseñar sus canciones, con base en los gustos del público. Y de hecho, no creo que esto esté alejando de la realidad, pudo haber sido así. Pero el análisis debe ir más allá, aquí algunas ideas a tomar en cuenta.
- Todos quieren ser comerciales: Aunque un artista haga música por mera satisfacción personal, si la publica, es porque quiere que más personas la escuchen y por ende, le genere plata, ya sea vía derechos, reproducciones en plataformas, o bien en conciertos.
- El mismo artista es el público de su obra: Tampoco es verdad que los artistas pueden crear sin ningún tipo de intervención del público. Porque el músico también es público de lo que le gusta, de lo que lo influye, de lo que le inspira, y esto inevitablemente lo expone al público de sus propias influencias. Es decir, un músico que es fan de Radiohead, conoce lo que le gusta al público de esa banda y eso, ya sea de forma consciente o inconsciente, influye en su proceso creativo.
- Cada quien es comercial con quien quiere ser comercial: Puede que piensen que Shakira se hizo comercial cuando cambió su estilo musical, pero la verdad es que cuando empezó, también era comercial, porque en los noventa, el gran público estaba consumiendo justo su tipo de música. Igual sucede con una banda de metal, por ejemplo, es comercial pero con su segmento.
- No se puede negar que siempre existe la intención de buscar más público: Metallica publicó su álbum homónimo (el álbum negro), con la intención de llegar a otro público que no eran los metaleros que los seguían desde el principio y lo logró. Estaríamos mintiendo si decimos que no hubo un interés comercial o que los gustos del público y las tendencias del mainstream no influyeron en el proceso creativo de ese disco y aún así es un disco que hizo historia.
Al final todo es comercial, algunos con más público que otros, pero no se puede negar que todo músico que publica su obra, quiere que ésta sea escuchada y que genere ingresos, y aunque su proceso creativo incluya en mayor o menor medida al público, las tendencias y la moda, esto no necesariamente repercute en la calidad del producto. En ese sentido, Shakira es comercial igual que todos y todas. Que a algunos no nos guste su música de ahora, es arena de otro costal.