Mucho se ha hablado de la importancia de la digitalización de los medios tradicionales. Se ha notado una creciente demanda de servicios de «Sreaming» tales como Deezer, Spotify. La sociedad de gestión colectiva Norteamericana, SoundExchange ha repartido casi 5 mil millones de dólares en regalías a los derecho habientes desde su fundación en 2003 y eso dice mucho. La relación de la radio con la industria de la música ha cambiado drásticamente en los últimos dos o tres años, cada vez son más las radios que empujan a su audiencia a conectarse en las redes sociales como facebook, Twitter o Youtube. Eso indica un gran flujo de las personas a buscar alternativas de promoción lejos de las frecuencias tradicionales. Inclusive las pautas comerciales han empezado a ver esa gran diferencia: cada vez son más los anunciantes en medios «bellow the line» como el social media y trabajos de influencers.

Radio en la Historia

La radio por muchos años, dominó el reino de la música, lo que sonaba en radios era lo que terminaba sonando en todos los demás medios. Luego la televisión con el inicio de la era «MTV» complementó la promoción, haciéndonos consumir ahora más música a través de los trabajos visuales. El Internet cambió todo: Youtube se convirtió pronto en el canal de búsqueda oficial de videos musicales y el segundo buscador más importante (después de su padre Google). Ahora la radio existe en una variedad inmensa de frecuencias análogas y digitales, por lo cual el oyente tiene muchas opciones a escoger. Pero para muchas personas la radio ya no constituye su fuente más importante para descubrir música y artistas nuevos. Según Michael Huppe CEO de SoundExchange, la radio ha disminuído su capacidad promocional en 20 o 30% en EEUU, sólo en los últimos dos años. Eso significa que casi un tercio de la población estadounidense busca su música a través de la vía digital. La radio debe de unirse a la era digital en vez de luchar en contra de ella, algunas industrias como la hotelera o los taxis, se han tenido que adaptar a estas tendencias con el aparecimiento de soluciones en app que compiten directamente con sus debliidades. La radio entonces, debe buscar maneras de unirse al torrente de búsquedas en web de las personas, que seguramente, serán cada vez más. Mientras exista más ancho de banda móvil, seguramente habrá mejores experiencias de entretenimiento.

El tiempo se agota

Según Huppe, el tiempo para adaptarse a la era digital se le agota cada vez más rápido a las frecuencias de radio, deben cambiar su manera de hacer negocio o serán reemplazadas pronto por la demanda digital milenial actual. Es una oportunidad para evolucionar, que toda industria ha sufrido, inclusive la musical, que con la desaparición de los Cassettes, CDs o vinílos (que han logrado posicionarse de nuevo en los últimos años) ha tenido que adaptarse a vender «sencillos» o sólo «stream» de sus canciones por centavos. Según la Asociación Nacional de Broadcasters, los escuchas más jóvenes (12-24 años) ya han migrado hacía lo digital. Apple music, Spotify y Pandora han tomado casi el 50% del pastel de escuchas en los últimos 10 años.   Es momento de ver hacía el futuro y crear una estrategia donde converja lo digital y las frecuencias radiales para sobrevivir, dice Fred Jacobs a Radio World.

La tendencia de la publicidad

El negocio de la radio depende de los anunciantes. Las tendencias digitales le han costado a las radios en EEUU una baja considerable en sus ingresos por publicidad, se dice que el porcentaje del gasto publicitario en radio disminuirá hasta un porcentaje menor al 5%, cuando en países como Guatemala hoy supera el 40%. La buena noticia para las radios es que pueden darle vuelta a esta amenaza convirtiéndola en oportunidad brindando el servicio de «puesta a disposición» o simplemente llegando a más personas con la ayuda de ambas plataformas. La radio debe adaptarse al nuevo mundo, justo como la industria de la música lo hizo con el aparecimiento de Itunes o Spotify. También deben de lograr apostarle a la era digital, estar al dia con sus licencias correspondientes y lanzarse a una era donde el big data y las estadísticas Real time nos brindan la verdad de la música.