Ser un músico independiente no es fácil, pues además de todo lo que implica hacer música, debes estar pendiente e involucrado en todo lo que orbita alrededor: organización de eventos, gestión de medios de comunicación, búsqueda de presentaciones, redes sociales, grabaciones, productos, etc.

Con este abanico de responsabilidades, resulta lógico que de pronto se cometan errores que son comunes en la autogestión musical y evitarlos podría ahorrarte no solo problemas, sino tiempo y dinero, además de hacerte ver profesional con tu público, con posibles contratantes o marcas patrocinadoras.

Por eso aquí escribo sobre  algunos de los errores más comunes de la autogestión musical:

1.Trabajar sin rumbo o dirección

La música es un trabajo que necesita dedicación. Un error esencial de la autogestión musical, es trabajar sin rumbo. Básicamente, hacer música por hacer.

He conocido muchas bandas que publican canciones o discos excelentes pero que simplemente, no pasa nada con ellos. Existe el talento, existe la buena música, pero no  tienen un rumbo claro, no hay un plan. ¿Qué quiero lograr con este disco? ¿Qué voy a hacer para sacarle el jugo a mi canción? ¿Dónde y con quién me voy a presentar para promocionar mi música? ¿A dónde quiero llegar con mi carrera?

La música es un trabajo de ensueño y por lo mismo hay que soñar alto, pero para llegar a ese sueño no se trata de ganarse la lotería con un éxito, se trata de trabajo y planificación, se trata de saber hacia dónde dirigir la carrera musical. Mientras más claro se tenga el rumbo, mejores decisiones de autogestión se toman, algo vital para un éxito sostenible a través de los años.

2. No valorar tu música y tu trabajo

Este quizá sea el error más común de los músicos y artistas independientes emergentes. Aunque hay que decir, que  algunos lo siguen cometiendo a pesar de llevar ya  varios años en la escena.

Valorar tu música no  solamente implica el dinero, también implica ese valor intangible que va más allá. Tú mejor que nadie sabe cuánto vale tu música, cuánto valen tus horas de ensayo, y cuánto tiempo, sudor y dinero inviertes en tus composiciones, presentaciones, discos, grabaciones, videos, etc.

No se trata tampoco de ser inflexible. Por ejemplo, si no vas a cobrar una presentación, debes estar seguro del por qué y qué pretendes recibir a cambio. Si el objetivo es “darte a conocer” (como muchos cuando están empezado), asegúrate que el contratante haga todo lo necesario por promocionar la presentación y darte a conocer, porque ese es el precio de tu presentación en ese momento. Si te quedas pasivo y no exiges, lo más seguro es que te presentes gratis y solo el contratante gane.  

Ahora bien, si regalas un disco, cerciorate que se enteren cuánto te costó hacerlo, diles qué esperas que hagan con él (escucharlo, compartirlo, darle difusión en algún medio, etc.). El punto es que todos deben saber que tu música vale, aunque ocasionalmente, no sea  dinero.

Establece un precio para tus presentaciones y no lo bajes.  Probablemente habrán quienes no te contraten, pero los que sí, sabrán tu valor. No bajes el precio solo porque otro artista está cotizando, además de desleal, le restas valor a la música de todos.

No dejes de registrar tu música en las sociedades de gestión colectiva. De esta forma te aseguras que todos los que usen tu música, paguen. Esto también es parte de darle valor a lo que haces.

3. No estar pendiente de tus contactos

Internet nos ha dado muchas facilidades para estar en comunicación. Ahora cualquier persona interesada en tu música puede contactarte en segundos. El problema empieza cuando ese primer contacto nunca obtiene una respuesta o es contactado demasiado tarde.

Si has publicado una lista de contactos en Internet, asegurate de atenderlos siempre. Si en la lista hay un correo electrónico, revisalo a diario. La mayoría de oportunidades se pierden cuando las respuestas por correo llegan semanas después.

Contesta los mensajes de tus redes sociales tan pronto como puedas, incluso aquellos que son de parte de tus admiradores. Este acercamiento con las personas que consumen tu música, es vital.

Si publicas un número de teléfono, confirma que esté disponible la mayoría del tiempo. Si por el contrario, solo puedes contestar a ciertas horas, deja un mensaje automático para que sepa que pronto devolverás la llamadal o en el caso extremo, mejor no lo listes entre tus contactos y mejor usa  un correo electrónico. El punto de poner un teléfono en tus contactos, es que la respuesta sea inmediata.

4. No saber invertir los recursos

Cuando una banda o músico independiente inicia su carrera, suele ser común que los pocos recursos disponibles se gasten en cosas que de pronto no son prioridad. Esto es veneno para las finanzas, no solo del proyecto musical, sino personales. Si se trata de una banda, suele desgastar la relación entre sus integrantes.

La idea es invertir los recursos de forma inteligente. Por ejemplo, hay gastos que podrían moderarse (o no hacerse), como la publicidad excesiva en redes sociales, la fabricación de soportes físicos para la música (CDs, memorias USB, vinilos, etc.), instrumentos caros innecesarios, estadías en hoteles de lujo, viáticos elevados y pagos desmedidos a promotores, relacionistas públicos, etc. Todo depende de las necesidades y el presupuesto  del artista.

Por otro lado, siempre es bueno invertir en una buena producción musical (estudio, productor, mezcla y masterización), en educación musical, en videos (no demasiado caros) y en Fees (tarifas) para publicar tu música en plataformas musicales, etc.  

En una carrera musical siempre habrá que invertir, pero en definitiva, la calidad de la inversión vale mucho más que la cantidad.

5. No cuidar tus relaciones públicas

Una industria musical está formada principalmente de cuatro piezas fundamentales: artistas, público, lugares para presentaciones y medios de comunicación.

En una industria tan pequeña como la de Guatemala, tener buenas relaciones con todos es clave. Ser una persona conflictiva en este ambiente no sirve de nada, al contrario, cierra puertas y hace más complicado el avance de un proyecto musical. Por esa razón, toma en cuenta:

  • Las buenas relaciones con los medios de comunicación permiten mantener las puertas abiertas y la posibilidad de promocionar tu música.
  • Si te llevas bien con  los lugares, tienes más opciones para presentaciones.
  • Buenas relaciones con otros artistas, dan lugar a alianzas que se traducen en más trabajo para todos y en una red de experiencias.
  • Y por último, respetar y relacionarse bien con el público, ya sea propio o de otros artistas, ayuda a que siempre exista gente dispuesta a consumir tu música.

Al final, la mejor promoción siempre es la de boca en boca.